La ingeniería industrial inversa es la estrategia que ha permitido la mejora de un producto o de su sistema de fabricación a partir de la manufactura acabada, lo que supone una revolución de los modelos tradicionales.

¿De dónde surge la necesidad de desarrollar este tipo de ingeniería? ¿Cuáles son sus logros y ventajas? A continuación ampliamos la información sobre este tema.

Ingeniería industrial inversa, una táctica esencial en la mejora continua

Como el propio nombre indica, invertir las fases del proceso es la clave.

Por lo general, pensamos en el proceso de ingeniería industrial siempre partiendo desde cero: un equipo de ingenieros inmiscuidos en el proceso de creación del nuevo producto. En estas fases prematuras están todas las decisiones por tomar, desde la tecnología que se aplicará hasta todo tipo de especificaciones técnicas del artículo final.

Sin embargo, la ingeniería industrial inversa consiste precisamente en lo contrario: comenzar a trabajar desde un producto ya acabado. Para lograrlo, primero se pone como objetivo recopilar la mayor cantidad de información de este.

Hay que recalcar que el sentido de la ingeniería inversa se acentúa en el caso de montajes que cuentan con diversos componentes. Por ejemplo, en el caso de un motor deberían irse despiezando las arandelas, juntas, colectores y demás uno por uno para completar todos los detalles.

¿Por qué ha sido necesario el desarrollo de esta técnica? Porque muchos fabricantes han querido mantener en secreto el arranque del proyecto y el fruto de toda su investigación. Y en otras ocasiones, por simple dejadez no se transmite la información de forma fidedigna o completa.

En Industrias AM creemos firmemente que la ingeniería industrial inversa es una técnica complementaria que permite la mejora continua en sistemas y automatismos de nuestros clientes, por lo que forma parte de nuestros servicios. Nuestro departamento de ingeniería está especialmente preparado para reprogramaciones, modificaciones o reparaciones a nivel mecánico y eléctrico.